Cuando todavía están, los ignoramos, los relegamos y no les hacemos caso...
Desdeñamos sus consejos que consideramos superfluos. Sus pláticas nos parecen zonzas y caducas. Decimos que no los necesitamos y que tampoco ellos nos necesitan…
Solo nos pica la nostalgia y los añoramos... justo cuando ya no están, cuando ya se han ido para nunca más volver
Como nos duele en el alma lo que no pudimos o no quisimos brindarles; cuanto nos punza en el corazón haberles escamoteado nuestras muestras de afecto y gratitud… Cuanto nos pesa no haberles ofrendado nuestra devoción y todo lo que se merecían por su abnegación
Ahora cuando ya es imposible mostrarles nuestros sentimientos… quisiéramos tenerlos aunque fuera un instante…
Cuando se nos aprieta el alma y los ojos se nos anegan de lágrimas al recordar nuestro desdén, cuando daríamos cualquier cosa porque el tiempo pudiera retroceder y tener otra oportunidad…
Cuando recordamos y sentimos que sus manías y chocheras, día a día, se nos van convirtiendo en fuente de sabiduría, y lo peor es que, lo que más nos molestaba de ellos es precisamente, ahora, lo que más nos reconforta, porque queramos o no, nosotros al final de cuentas somos su re-edición y actuamos de un modo semejante.
Amigos, que no sea demasiado tarde para rectificar, porque si no, pues qué pena, que sólo nos podamos lamentar
Oh Dios! Padre celestial, mira de cuanta ceguera podemos padecer, cuan insensatos podemos llegar a ser, cuando nos alejamos de tu luz.
Ábrenos los ojos, para que se salve de esta estupidez, hasta el que pareciera que no puede salvarse.
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6 comentarios:
Reconocerles el mérito a nuestros viejos es también preparar nuestra vejez. Yo les visito regularmente, aún mis viejos me sostienen en momentos difíciles y cada vez que voy me cuidan como si tuviera diez años y eso me encanta!
Un fuerte abrazo
Es un gusto conocer un nuevo amigo, leerle y encontrar afinidad de pensamientos.
Vine también a dar las gracias por suscribirse. Quise hacer lo mismo, pero no encontré como hacerlo.
Tiendo mi mano en amistad para usted desde esta lejana tierra.
Mi padre "murió" cuando yo tenía 21 años, él tenía 53, hasta el día de hoy no me puedo resignar, lo único qu eme deja en paz es que nos amamos inmensamente y late en mi corazón a cada momento.
Besos para ti
mar
MAR q lindo lo q dices..aunke pocas palabras pero trasmiten un gran sentimiento...y te digo no lo extrañes por que el debe seguir siempre a tu lado cuidandote y disfrutando de tu todo lo bueno q te pasa...sinceramente me provocastes una gran envidia esa de la buena....esa q me hizo desear con toda el alma ser tu hermano y haber disfrutado aunke sea por corto tiempo esa linda conexion paternal....cuidate mucho MAR...y nunca lo defraudes por el esta queriendote siempre...y tu eres un lindo legado que el nos dejo
Vine a decirle que al fin supe como adherirme a su blog. Ahora también colocaré un link en su casa. Reciba mi saludo cordial
Hola, me ha impresionado mucho esas bellas palabras que has escrito sobre nuestros padres...ojala mas personas las pudieran leer. Felicidades!! Que Dios te bendiga.
Con mucho cariño
Thel.
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