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Mi cita es aquí y ahora y cito... "El que no cae resbala"
Post dedicado a: Facundo Cabral
(El trovador de América Latina)
“La vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja porque nos hace desconfiados”… cita uno de sus poemas “No estás deprimido, estás confundido”, mismo que ahora forman parte de su legado
Va mi saeta de amargo clamor
allá donde balas macabras arremeten
contra el trovador
con tenaz porfía
reventaron su carne
sicarios del crimen
acatando órdenes siniestras
allá donde titiriteros malditos
emitieron su sentencia asesina
con 26 balas tiritando de odio
allá donde la muerte acecha sin sutilezas
y descarga a sangre fría su mortal aguijón
Mas la lucidez del canto no vacila
se enciende una vez más
para quemar la noche tinieblosa
allá donde Facundo cayó
atesorando la riqueza espiritual
de los pueblos hermanos
descubriendo las raíces primigenias
del imperio del mal
y su alevosía letal
El hedor sórdido se inunda
de un grito compacto, desgarrador
que desgarra el "estatus quo"
murmullos degradados
de un orden establecido
cuyo temor sale a flote
con afilada podredumbre
a tratar de detener la aurora del cantor
allá donde la sangre se derrama sobre el vinyl
y el mundo se estremece
sacudido por una nota luctuosa
que nos muestra que sigue campeando lo vil
y un cielo iluminado de negro
se parte en infinitos fragmentos
destilando lúgubres ayees
flores deshojadas lloran lágrimas sagradas
en el vértigo de la desolación
las lagrimas bendecidas de un poeta muerto
¡qué jamás morirá!
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